30 de septiembre de 2015

Buscando inspiración




Tuve hace años un profesor que me decía, cuando no logres concentrarte en lo que estás haciendo, coge papel y escribe todo lo que te salga en ese momento para que después te venga la inspiración. Y tras tanto tiempo sin hacerle caso, hoy me ha dado por poner en práctica ese consejo. Allá va. 

Esta mañana salía con prisa, como casi siempre, mira que pasan los años y sigo teniendo la misma fea y mala costumbre de siempre. Cuando me vibra el móvil y bajando la escalera mecánica, con un ojo puesto en el móvil y el otro en la escalera, abro la conversación y leo: “Corre, que no llegas”. 
Por un momento me había asustado, pensaba que esa persona estaba detrás, mirándome y riéndose como cuando nos cruzábamos por el pasillo, nos mirábamos y decíamos: “Para qué correr si ya llegamos tarde. No nos vamos a cansar tan temprano, ¿no?” 
Mi contestación ha sido: “Me has asustado, pensaba que estabas mirándome”. A lo que me responde: “Te conozco”. 

¡Exacto! Esas dos palabras me han hecho reflexionar durante mi trayecto y he pensado que por mucho que pase el tiempo la buena esencia de las personas sigue estando ahí.