28 de marzo de 2016

Plan B


Existen acontecimientos en la vida de las personas que hacen que de la noche a la mañana se modifique nuestro camino. Tendemos a escoger un camino soleado y sin piedras porque no nos gusta el camino oscurecido. Sólo hay ojos para una sola cosa cuando no vemos que existen otros caminos. La vida nos brinda segundas oportunidades aunque no queramos verlas para que cambiemos nuestro camino. Ese camino no lleva a ninguna parte, por ahí las cosas no van a ir bien y hay que cambiar. A veces la intuición ayuda bastante a elegir el camino correcto pero también hace que caigas en el camino equivocado para que aprendas a la primera que ese es el equivocado. Probar y caer, una y otra vez. Si no sale bien, acuérdate de que es el principio de tu segunda oportunidad y que lo mejor está por llegar. Es difícil, lo sé, no repitas o al menos intenta no repetir y caer en la misma piedra. Ah, esa segunda oportunidad se llama tener un plan B. Recuerda que la segunda o tercera idea podrían funcionar.

Foto: Soyfelizahora.com 

13 de marzo de 2016

Todo quedó en el pasado.



De repente, llega un día donde tu pasado te vuelve a atormentar. No puedes creer eso que ven tus ojos. Y justo en este buen momento donde todo marcha tan bien. Tanto tiempo para curar las heridas que dejaron en lo más profundo del alma para que ahora la historia se vuelva a repetir. Han pasado meses pero como leí en no sé dónde, la herida que cicatriza bien no vuelve a sangrar. Es verdad que sangró mucho, pero ahora es distinto porque está cerrada y a duras penas se puede ver una leve cicatriz. Ahora no hay tanta inocencia porque hay frialdad, dureza y pasotismo. Antes hacía ilusión leer tu nombre o recibir tu llamada pero ahora es todo muy distinto... Lo pasado, pasado está. Todo quedó en el pasado. ¿Si no sueltas el pasado, cómo agarras el futuro? El pasado sólo sirve para no volver a cometer los mismos errores en el futuro y es aplicable para todos los ámbitos de la vida. 

Foto: runrun.es


4 de marzo de 2016

Atrápame y no me sueltes.



Cierra los ojos. En la más fría noche del mes de Enero tomas la calle más oscura destino a un lugar que no te gusta mucho. Está sonando una canción que te gusta y dejas volar tu imaginación. 

Solos los dos. Le tomas de la mano, le miras fijamente y se te agita el corazón porque sabes que las miradas están conectadas. Hay una conexión muy fuerte. Te toma de la cintura y un escalofrío recorre todo tu cuerpo como si fuera un huracán. Su mano izquierda toma tu mano derecha. Su pelo toca tu mejilla. Su voz en tu oído mientras te dice: "Despacio que no hay prisa, báilame lento y con sentimiento." Cierras los ojos y vives el momento. Te pegas lento, con sentimiento y malicia. La sensualidad resalta. Su sonrisa te encanta. Las manos se entrelazan en medio de la vuelta. El pelo al viento. Los tacones suenan en la pista. La música te encanta. Antes te confundías pero él tiene un magnetismo que hace que no te pierdas. 4 minutos y 8 segundos. "-Atrápame y no me sueltes." Deseas que esta canción no se acabe nunca. Las ganas que tenías de encontrar a esa pareja de baile con la que conectas tanto. Vibras tanto que la piel se te eriza. Has conseguido tocar el cielo. Con un fugaz beso se acaba todo. La pista de baile se desvanece y él te estará esperando otra noche más en tu sueño. 

Foto: revistacincoletras.com