21 de junio de 2016

Quiero que sepas...



No se sabe cuánto se echa de menos a una persona hasta que se deja de hablar con ella. Llevo tanto tiempo sin hablar contigo que no sé ni cómo me siento ya. Hace más de un mes y medio que no te siento, nos hemos enfriado. Me gustaría mandarte mil mensajes con las mismas cinco palabras: "Te echo mucho de menos." Tengo miedo a mandar ese mensaje y que no sea lo mismo lo que recibo por tu parte. Tengo miedo a no encontrarte detrás nunca más. Sé que lo estás pasando mal, yo también. Ojalá pudiera abrazarme a ti tan fuerte que no me suelte nunca más para curarme a la vez que tú. Sigo teniendo la misma fea y mala costumbre de mirar el reloj a la misma hora cada noche para ver si apareces... quiero que aparezcas... y al rato me invade ese sentimiento frío que últimamente me recorre el cuerpo... no aparecerá esta noche. Espero que no me hayas sacado de tu vida, te necesito y no puedo dejarte ir, sería un error que no me perdonaría nunca jamás y que me dejaría una cicatriz grande en el lado izquierdo de mi pecho. 

Quiero que sepas que no me podré cansar nunca de ti y que es imposible que me canse de ti. 


Foto: learningtoexhale.weebly.com


1 de junio de 2016

Reflexiones de una noche de primavera



Todos los días soleados tienen su noche, siempre llega la noche. Pensaríamos que existe un rayo de luz en esa oscuridad y es que la luna siempre brilla allá en la lejanía si sabemos dónde mirar. Hasta el más dulce de los besos a falta de que el tiempo se detenga, que no se detiene, llega a su final. Al más grande y poderoso de los seres, a falta de ser el único, le llega el momento de cerrar los ojos y dormir, sin poder ni control sobre lo que suceda a su alrededor. Y en esta oscuridad terrible de la noche oscura ante la amargura que deja la ausencia de besos y la inseguridad impredecible del sueño, está la belleza, el goce y la tranquilidad de saber que llegará otro beso, otro sueño y otro despertar. Y que serán nuevos y únicos. 

Foto: Taringa.net