Eres apenas un niño, vas creciendo y aprendiendo cosas nuevas sobre muchas materias y hasta mínimo dos idiomas terminas dominando. Sigues creciendo. Ya tienes 16 años y te toca elegir un tipo de bachillerato concreto que determinará tu futura carrera universitaria, pero no lo tienes muy claro o sí. Sigues estudiando por esa rama pasando por alto muchas cosas de tu futuro...pero sigues y sigues. Tan solo te quedan dos años más para que te consideren un adulto. Todo te cuesta sangre, sudor y lágrimas, pero lo consigues. Por fin tienes dos títulos. ESO y Bachillerato son tuyos.
Ahora con dos títulos conseguidos decides seguir luchando por hacerte un hueco en esta vida y seguir superándote a ti mismo.
- Lo tengo decidido. ¡Voy a hacer una carrera universitaria!
Entras en la universidad para estudiar lo que siempre has querido, o por lo menos has encontrado algo para intentar trabajar cuando salgas dentro de 4 años. Pero nadie te dijo que iba a ser tan complicado. Seguías con tu venda en los ojos. Luchas una y otra vez para no caer, sigues luchando con trabajos, prácticas y exámenes. Uno, dos, tres y cuatro. ¡Por fin! Ya se te han pasado esos cuatro años de carrera en un pequeño suspiro. Otro título más en el bolsillo. ¡Y ya van tres! Te gradúas y mientras te están colocando la esperada banda de tu universidad estas loco por dentro de felicidad porque se ve recompensado todo tu esfuerzo durante esos cuatro años. Disfrutas del momento. Procuras no pensar en el mañana. Pero el mañana ya ha llegado...
Hay crisis económica en tu país. Buscas y buscas y no sale nada de trabajo.
- Venga estudio un máster y me voy abriendo puertas poco a poco.
Estás en el máster. Sabes que estos estudios son carísimos por lo que tienes que estudiar más que nunca. Lo haces. Te superas a ti mismo. Sacas las mejores notas de tu vida porque has invertido tiempo y apenas has salido de fiesta o a tomar unas cañas porque has estado haciendo millones de prácticas, trabajos, exámenes parciales o como lo quieras llamar. El tiempo avanza...pero lo has vuelto a conseguir. Ya tienes tu cuarto título en tu bolsillo. Tienes un máster.
- ¿Y lo que voy a fardar yo cuando llegue al pueblo? - te dices a ti mismo mientras sonríes al espejo.
No tienes trabajo. Te matas a buscar. Vas a entrevistas y te dicen que por qué no estas trabajando...
- Nadie ha confiado en mí para darme una oportunidad. Eres realista y lo afirmas rotundamente.
Consigues unas prácticas en una empresa sin cobrar nada, pero al menos estás trabajando durante unos pocos meses. Sabes que no vas a quedarte. Aunque están con mucho trabajo no quieren a nadie porque tendrían que pagarte un sueldo. No, eso no compensa. Sigues sin tener una primera oportunidad laboral.
- Bueno, sigo buscando trabajo. ¡Yo quiero trabajar!
Ya te da igual de lo que sea. Mientras cobres algo y sea lo mínimo para ir al trabajo en transporte público porque no tienes coche y sigues viviendo en casa de tus padres.
Los meses van pasando... uno, dos, tres, cuatro...sabes que el duro invierno va a llegar muy pronto.
- Ya no sé que hacer. ¿Sigo estudiando algo o me voy fuera?
- Yo te aconsejo que te vayas fuera.
- Pero necesito dinero para salir fuera...
- Lo mejor será que me quede aquí y siga estudiando. ¿Pero qué? Porque ya tengo una carrera y un máster...
Y mientras piensas el qué estudiar salen noticias en la televisión de que el número de personas en situación de desempleo ha aumentado.
- Así poco voy a trabajar. ¿Dónde estará mi primera oportunidad laboral? Por favor, que llegue pronto.
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