En las aulas de los institutos de este país se juntan muchos alumnos de diferentes culturas y/o religiones. Muchos de ellos ya son mayores de edad y han tenido algún tipo de problema porque a sus 20 años e incluso más, están luchando por sacarse el bachillerato para llegar algún día a la universidad. Esos alumnos de bachillerato especial, sí especial, porque son mayores de edad. A ellos me refiero. Aunque también están los alumnos con la edad del pavo, esos benditos 15, 16 y 17 años donde los problemas que tienes son sacar el curso y salir con la cuadrilla. Todos ellos son los alumnos del instituto.
El alumnado hoy en día ha cambiado y mucho.
Antes los alumnos teníamos a los profesores en un pedestal porque sabíamos que eran figuras superiores a nosotros donde el profesor siempre llevaba la razón, y si te castigaba porque habías hecho algo y tenía que hablar con tus padres, bajabas la cabeza y asumías tu error.
- Lo siento profesor, me he pasado. No volverá a ocurrir.
Ahora, acuden muchos padres con mala educación y malos modales hacia el profesor donde les exigen que le quite el castigo su querido hijo y que sino, tomarán medidas con dicho profesor.
- Mi hijo se comporta correctamente y no tiene por qué ponerle semejante castigo. -Decía la madre roja de ira.
Es impactante cómo el profesor, por muy joven que sea o no ya tan joven, manda callar a los alumnos y no hacen caso, o llegando a pronunciar las palabras que tanto odian los alumnos, "quedas expulsado de mi clase" cuando tú eres la autoridad máxima en esa clase y comienzan a gritar y a amenazar con que no se van de allí hasta que no venga el Director o el Jefe de Estudios porque ese profesor es bueno, malo, duro, permisivo, correcto o cualquier adjetivo que queramos poner.
Queridos alumnos, yo he sido y sigo siendo alumna y la educación no nos la da el profesor, sino que el profesor nos enseña materias y nos forma para ser mejores el día de mañana. La educación nos la dan nuestras familias, valores como: el respeto al trabajo del profesor, el respeto hacia las personas mayores, los valores morales, ceder tu asiento a un anciano en el autobús o incluso el amor hacia los animales. Todo eso debe venir de casa y no esperar a que un profesor lo inculque.
Dedicado a todos los profesores por su gran trabajo.
Dedicado a todos los profesores por su gran trabajo.
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