Vas caminando por la calle, sin prisa o con ella depende del día y del momento, observas con detenimiento a los grupos de personas que están hablando en las esquinas independientemente de su edad o sexo. No te importa mirar detenidamente y estar pendiente de cada detalle. La chica rubia del grupo lleva cogido el pelo con la bufanda y el bolso se le está cayendo del brazo izquierdo, el chico de la gorra negra está mirando el GPS del móvil porque no sabe cómo llegar a la calle, el chico rubio mira al móvil y se ríe quizás por los comentarios absurdos que está leyendo en el grupo de Whatsapp y ¿qué contar de la chica morena?
La chica morena es especial, tiene una mirada triste aunque sus ojos son preciosos, esos ojos inspiran confianza. Ella es la que controla al grupo y pone el inicio de todo. Ella es la que ha juntado al grupo después de tanto tiempo sin verse. Ella es la que ha reservado en ese bonito restaurante de la calle. Ella es la chica que apuesta por la amistad y por los amigos y la chica que acaba de cambiar la mirada de tristeza por la mirada de felicidad al ver a la última persona que faltaba esperando a que se ponga en verde el semáforo para cruzar. Claramente acaba de conseguir su propósito: reunirlos a todos en este día tan especial.
Nunca pensé que un semáforo diese para tanto...
Foto: Carmenbouzas.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario