30 de noviembre de 2015

¿Por qué ocultamos lo que sentimos?



Para la gente que me sigue.


Siempre admiraré a esa gente que confía en ti hasta en los peores momentos cuando ni tú mismo confías ya en ti. En los momentos de profunda soledad comienzan a inundarte los pensamientos que creías que nunca te iban a inundar. Es imposible no pensar porque cuanto más evitas pensar, más lo haces. Frases, momentos, lugares o personas que se quedan grabados como si de fuego se tratase en la mente y en el corazón. Y como dice la canción, es que el corazón no elige cuándo enamorarse. ¿Será el corazón o es la mente? Uno de los dos no se pone de acuerdo. Que levante la mano bien alta la persona que no se le ha roto el corazón cuando lo ha estrellado contra la realidad. Como cuando coges un vaso, lo lanzas contra el suelo y se rompe. Y es que algún día alguien va a llegar, te va a abrazar tan fuerte que todas las partes rotas que la gente ha ido dejando dentro de ti se van a unir de nuevo tan fuerte que no te lo vas a creer y ese corazón roto va a latir más fuerte aún, si cabe, de lo que lo solía hacer. 

¿Me permites darte un consejo? La vida solo es una y nunca hay que frenar, siempre hay que ir rápido para disfrutar y si hay que arriesgar, arriesga. Juega las cartas que tengas que jugar y sobre todo déjate querer. ¿Y si esa persona que quiere luchar por ti, y que lo sabes, es la correcta? Valdrá la pena porque los pedazos que han ido dejándote se van a pegar bien fuerte. 



Foto: Desmotivaciones.es

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