30 de marzo de 2020

La droga que todo lo cura...




Se asemeja tanto el estado de cuarentena real de miedo a contraer un potente virus al estado latente amoroso que sufrimos cuando nos rompen el corazón en mil pedazos... Un muro de sentimientos que se forja en nuestro interior para evitar que traspase por algún resquicio del cuerpo y así protegernos de sucios amores. Ese muro nos impide ver el exterior con calma y claridad y lo hacemos desde una pequeña ventana. 

No queremos estar hechos añicos y por ello creamos corazas brillantes. No queremos razones de piedra ni gente armada de odio ni sentimientos fríos. Queremos sentir, vivir y vibrar. Queremos amaneceres con sol y pájaros cada mañana sin lluvia ni tormentas en esos días donde afloran las relaciones esporádicas y el amor se conoce como efímero.

Buscamos con ansias esa droga que todo lo cura que se llama amor y que nos alivia de cualquier tipo de dolor. El dolor de estar encerrados más de una noche con nuestros propios pensamientos, con nuestros propios sentimientos...


Sonando: Y de puertas pa' afuera se hará todo añicos (Extremoduro). 


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