Nada cómo el temor a perder aquella joya que tanto anhelas y estimas.
Los primeros pasos, los éxitos y los fracasos.
El miedo a hacer fracasos continuos.
La decepción de las personas en las que confiabas.
El miedo a fracasar y caer.
Tender la mano y que te la rechacen.
El mal sabor de boca tras una derrota o tras una desilusión.
La sensación de no saber si estás haciendo las cosas bien o estás errando.
La total prueba de fuego eres tú.
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